Rodeado, pero No Vencido

Un modesto hombre, dueño de una tienda de ropas, se encontraba rodeado con la amenaza de que su tienda podría desaparecer.
La tienda de una cadena nacional se había instalado allí y había adquirido todas las propiedades de su manzana. Este hombre muy particular se rehusó a vender. Por lo cual los nuevos competidores dijeron - “Muy bien, entonces construiremos a su alrededor y lo sacaremos del negocio”.
Llegó el día cuando el pequeño comerciante se encontró encerrado, con una nueva tienda por departamentos rodeando por ambos lados a su pequeño negocio. Los cartelones de los grandes competidores anunciaban: “GRAN INAUGURACIÓN”.
El comerciante puso un cartel a todo lo ancho de su pequeña tienda que decía: “ENTRADA PRINCIPAL”.

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¿Cuántas veces te has visto amenazado con fracasar en lo que has comenzado?
No hay nada peor que después de uno haber luchado por algo, llegue otra persona, con las peores de las intenciones, y te eche a perder todo lo que has logrado con tanto esfuerzo. De igual manera hay gente que, aunque no interfieren directamente para destruir lo que has comenzado, son piedras de tropiezo para que no logres la meta que te has propuesto lograr.
Por eso, todo lo que nos propongamos hacer, tenemos que ponerlo en las manos del Señor, desde el momento que nos llegue la idea a la mente. Para que el Señor nos bendiga y nos dé la victoria en lo que hagamos, pero que sea todo de acuerdo con su voluntad.
El Señor está pendiente a nuestros asuntos, pero el enemigo de las almas también está pendiente para hacernos fracasar. Por tanto, cuando veamos que algo negativo nos rodea, y tal cosa sea de amenaza para nuestros proyectos, digamos lo que dijo el salmista en el Salmo 46:1-3Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”. Si nosotros hacemos nuestro trabajo, Dios hace el de él. Solo tenemos que confiar en que el Señor está con nosotros.
Nosotros, por naturaleza, somos avece incrédulos, o de poca fe. Sabemos que el Señor está con nosotros, que nos protege, nos defiende, nos ayuda, y nos bendice, sin embargo, hay veces que nos sentimos como si el Señor no estuviera con nosotros, y permitimos que cualquier pensamiento o persona interfiera con nuestra fe a Dios. Si el Señor es por nosotros, ¿Quién contra nosotros? (Romanos 8:31) Aunque veamos como si las cosas no nos van bien, que hemos fracasado, o que nos sintamos amenazados por la derrota, tenemos que recordar que el Señor prometió ayudarnos. Dice en Josué 1:9Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas”. Esto no fue solo para Josué, sino que también nos lo dice a nosotros, a los que le seguimos y servimos.
El Señor siempre cumple sus promesas, pero tenemos que creerle, y confiar que él está con nosotros. Mientras nosotros nos mantengamos agarrados del Señor, él nos protegerá de todas las artimañas del enemigo.
Desde que el Señor obtuvo la victoria en la cruz, nosotros también hemos obtenido la victoria en Jesús.
Jeremías 17:7-8 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
Salmo 121:8 Jehová guardará tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.

Proverbiosa 3:5-6 Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.

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