La Paciencia

Esta historia nos muestra cómo esta gracia puede brillar en el carácter de una persona. Este gran educador y científico, el Dr. Carver, cristiano negro, en una ocasión bajó de un tren en una ciudad del sur en ruta a un compromiso para dar un discurso. El conductor del automóvil, que era blanco, buscó ansiosamente a su importante pasajero, pero cuando se dio cuenta de que era negro, rehusó llevarlo. El doctor Carver estudió por un momento la situación y le dijo: "Muy bien, hagamos esto; usted se sienta atrás, y yo lo llevo." El conductor aceptó la proposición y se fue al asiento trasero, por lo cual, el doctor abordó el asiento del conductor y tomó las riendas. El lema del doctor Carver era: "No permitiré que ningún hombre me haga odiarlo." Este es el fruto del Espíritu conocido como longanimidad. Es el poder para mantenerse en pie bajo las cargas de la vida.

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¿Hasta dónde has guardado tu paciencia para con los demás?

Sé que muchos de ustedes tan pronto leyeron el titulo le vino a la mente “eso es lo que más necesitamos”.

El mundo de hoy vive impaciente por todo y para con todos. Ya nadie quiere calmarse, ahora “dicen” que ellos tienen el derecho de protestar, de responder, y de hacer lo que se le plazca porque tiene el derecho de libre expresión. Ya no hay paciencia para esperar a resolver cualquier situación, sino, todo lo quieren rápido, y cuando ellos lo quieren, no cuando la ley lo decida.

Así mismo vemos la falta de paciencia en los hogares. Conyugues impacientes, Padres e hijos impacientes, y todo eso conlleva a formar un hogar lleno de discusiones y problemas, lo cual termina con un hogar destruido; porque la guerra nunca termina sin alguien salga herido o muerto. Y eso es triste porque cuando eso sucede en un hogar demuestra que hace falta el Espíritu del Señor en ese hogar, porque uno de los frutos del Espíritu es “la paciencia” (Gálatas 5:22). Es por eso que la palabra nos dice en Proverbios 14:29El que tarda en airarse es grande de entendimiento; Mas el que es impaciente de espíritu enaltece la necedad”. Tan pronto tú sientes que estas perdiendo la paciencia, debes pedirle al Señor que te llene de su espíritu para que puedas llenarte de sus frutos, el cual uno de ellos es la paciencia.

Hay gente que se desespera cuando claman a Dios por cualquier familiar enfermo, o por cualquier otra ocasión. Si pasan varios días y la persona que ora no ve resultados de su oración se impacienta y deja de orar porque piensa que tal vez el Señor no está escuchando esa oración; todo eso es el resultado por no ver una respuesta. Esto nos dice en Salmos 27:14Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová”.

El Señor escucha la oración y atiende a los suyos. Pero tienes que pensar que no eres el único orando, que son muchos los hijos de Dios que guardan en oración esperando ser atendidos. Por eso tienes que guardar en paciencia, orando en todo tiempo, esperando la respuesta del Señor la cual vendrá pronto. Dice en Romanos 8:25Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos”. Puede que la respuesta venga de la forma como la queremos, o puede que venga de la forma contraria; solo recuerda que cuando oramos tenemos que orar esperando que se haga la voluntad de Dios y no la nuestra. Dice en Romanos 9:16Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia”. No podemos molestarnos si no recibimos lo que pedimos, porque hay muchos que claman y le piden a Dios solo en las necesidades, pero su corazón está lejos de él en todo tiempo.

El Señor no es sordo, ni ciego como para no ver las cosas, pero su voluntad es perfecta en cada una de las situaciones. No te canses de orar. Ora, lucha por los tuyos, no permitas que el enemigo te venza, y te aseguro que tendrás la victoria. Pero deja que sea Dios quien decida lo que a todos nos conviene.

Pídele al Señor que te de la paciencia para soportar, para que tu mente que comience a odiar por el enojo.

Efesios 4:2 Con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor.

Romanos 12:12 Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.

Gálatas 6:9 No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos.

Proverbios 16:32 Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.


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