No Me Acuerdo

Una vez un ministro muy querido llevó un secreto, el cual estaba enterrado por mucho tiempo en lo profundo de su corazón, el peso de un pecado.

Él había cometido ese pecado hacía muchos años durante su entrenamiento en el Seminario.  Nadie sabía lo que había hecho, pero él lo sabía, y estaba muy arrepentido. Aun así, había sufrido remordimientos por años, sin idea del perdón de Dios.

Una mujer en su iglesia amaba al Señor profundamente y afirmaba que tenía visiones en las que Jesús le hablaba.  El ministro, escéptico de sus afirmaciones, le pidió: “La próxima vez que hable con el Señor, ¿Podría preguntarle cuál fue el pecado que yo cometí mientras estaba en el Seminario?”.  La mujer asintió.

Cuándo volvió a la iglesia unos días después el ministro le preguntó:

-¿Le visitó?”  Ella contestó: .

¿Y le preguntó qué pecado cometí en el Seminario?

, respondió.

Bien, ¿qué le dijo?

Dijo, no me acuerdo.

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¿Quién no ha cometido pecado en la vida? Dice la palabra que el que dice que no ha pecado se engaña a si mismo (1Jn1:8), y también dice que el que dice que no ha pecado hace a Dios mentiroso (1Jn 1:10), porque desde que Adán y Eva pecaron todos tenemos la marca del pecado desde nuestro nacimiento, lo que quiere decir que en cualquier momento podemos fallarle a Dios.

Lo importante no es fallarle a Dios, aunque es muy importante no fallarle, pero la mayor importancia es que nos arrepintamos del pecado o el mal que hagamos hecho. Y no solamente arrepentirnos, sino que debemos hacer todo el esfuerzo para no cometer ese pecado de nuevo; apartarnos del pecado que nos apartó de Dios.

Hay quien un día pecó, se arrepintió, pidió perdón a Dios, y aún  vive arrastrando el pecado del pasado, pensando talvez que nunca será perdonado, olvidándose que cuando pecamos y nos arrepentimos ante Dios, él es tan maravilloso y misericordioso que nos perdona, nos quita ese pecado de encima, y luego lo bota para lo profundo del mar (Miqueas 7:19)

No podemos vivir atados al pecado que el Señor nos perdonó. Tenemos que estar libres de ese peso, porque ya no lo tenemos. Y estar seguros que el Señor nos ayudara a seguir hacia delante, aunque el enemigo nos quiera poner el pecado en la mente.

Dios nos quiere ver libres de pecado, sin manchas ni arrugas, para que estemos preparados para el día que él ha de venir a buscar a su pueblo. Si ya nos quitó esa carga que llevábamos, no la volvamos a coger, porque él ya no se acuerda de eso.

Y si te arrepientes, y Dios te perdona, no te olvides de tú también perdonar a quien te ha fallado. En eso se muestra el amor de Dios.

1 Juan 1:9  Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.

Miqueas 7:19  El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del Mar todos nuestros pecados.

Ezequiel 18:21-22  Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá.  Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá.

Efesios 4:32  Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándonos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.

Salmo 86:5-6  Porque tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan. Escucha, oh Jehová, mi oración, y está atento a la voz de mis ruegos.

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