La Fe de Una Anciana


Una señora anciana, muy pobre, llamó a un programa de radio cristiano pidiendo ayuda para enfrentar su crisis económica. Un brujo del mal, siervo de Satanás, que oía el programa consiguió su dirección y decidió tentar a la pobre mujer desesperada, para lo cual llamó a una de sus secretarias y le ordenó que comprara alimentos y preparara una cesta para llevársela a la casa de la mujer, con una nota en la parte superior que decía: “Un regalo de Satanás, quien desea tu alma y te quiere bendecir”. Y le dijo a uno de sus mensajeros; “Llévale la canasta, y si te pregunta quien la envió le dirás que estos alimentos se lo mandó el diablo.”
Cuando el mensajero llegó a la casa con la cesta de comida y una nota arriba, llamó a la puerta, y la mujer salió, y al ver la cesta se pone tan contenta que comienza a gritar “Aleluya, Gloria a Dios”. Y fue inmediatamente a guardarlo en su despensa, sin leer la nota. El mensajero del brujo se quedó en la puerta esperando que leyera la nota o preguntara quién se lo había enviado, pero ella solo alababa al Señor.

Al ver que la anciana no reaccionaba, ni mostraba interés en saber quién la enviaba, el mensajero le preguntó a la señora: ¿Señora, no quiere saber quién le envió esta compra de comida? La anciana, en la simplicidad de la fe, respondió: No me importa. No es preciso. ¿Sabes algo? Cuando uno ora, DIOS obra y manda su socorro, y cuando eso sucede, hasta el mismo diablo le obedece y lo usa para bendecirnos.
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¿Hasta dónde puede llegar la fe del humano en medio de la necesidad? Hay quienes hoy día, en medio de la mala economía, están en grandes necesidades. Pero hay diferencias entre esa gente que se encuentra en necesidad. Hay quienes confían en Dios, y hay quienes confían en su suerte.

Dios no es ciego, él conoce nuestras necesidades, pero tenemos que pedirle. Dios nos dio un libre albedrío con el cual nosotros tomamos nuestras propias decisiones. Dios sabe que hay gente que quieren hacer las cosas con sus propias fuerzas y esfuerzo, y por eso se queda tranquilo. Él no es un entrometido, él espera a ver quién verdaderamente quiere que él le ayude. El Señor nos dice “clama a mí, y yo te responderé… (Jeremías 33:3), y él no es mentiroso, él cumple su palabra; por lo tanto si clamamos a él, él nos responde.

No vivamos mirando la baja en la economía o la falta de empleos. Vivamos confiando que el Señor nos dará lo que necesitemos, aunque tenga que usar tu peor enemigo para bendecirte. Para Dios, nada es imposible. En una ocasión el profeta Elías se encontraba en el arroyo de Querit, que estaba frente al Jordán, huyendo de un grupo de gente que lo buscaba para matarlo. Dios sabía que él necesitaba comer, ¿Y que hizo Dios?, envió cuervos que le llevaran pan y carne (1 Reyes 17:4-6). ¿Se imaginan ustedes ver unos cuervos llevando pan y carne?, eso mismo es lo que ellos comen. Pero por mandato de Dios ellos no podían comérselos, ellos tenían que obedecer y llevarle la comida a su profeta.

Dios siempre está presto para ayudarnos en las necesidades, solo clama a él y dile cuál es tu necesidad. No digas en tu corazón “Dios sabe todas las cosas”, dile a tu corazón “clama al Señor, tu Dios, y él suplirá para tu necesidad”. Y luego quédate como si nada estuviera pasando, solo ten fe y confía que él hará.

Marcos 1:27  Y todos se asombraron, de tal manera que discutían entre sí, diciendo: ¿Qué es esto? ¿Qué nueva doctrina es esta, que con autoridad manda aun a los espíritus inmundos, y le obedecen?

Romanos 8:28  Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

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